miércoles, 11 de enero de 2012

MOAIS

Los Moáis de la Isla de Pascua

Los moáis son estatuas de piedra que labraron en su época la antigua civilización Rapanui, muy conocidas a nivel mundial es uno de los lugares más remotos de la tierra, considerado el ombligo del mundo. Se puede decir que son el principal atractivo turístico de la Isla de Pascua (Chile), ya que es el único lugar del planeta donde se pueden encontrar estas peculiares esculturas.

La isla está en el Océano Pacífico a más de 3500 kilómetros de la costa de Chile, país al cual pertenecen. Esta pequeña porción de tierra que se ha mantenida oculta durante siglos para los navegantes de occidente fue descubierta en un Domingo de Resurrección, a lo que debe su nombre.
Las primeras crónicas holandesas y españolas de expedicionarios ya dan muestra de la sorpresa con que el visitante se encuentra al llegar a la isla. Estatuas de alturas que alcanzan los 15 metros ocupan las distintas zonas de la isla, en las laderas internas y externas del volcán de Rano Raraku.

Sea donde sea que miremos en la isla, siempre encontraremos una de estas cabezas gigantes talladas en rocas monolíticas. Es sorprendente como estas estructuras gigantes fueron trasladadas a diferentes puntos de la isla con métodos desconocidos, al respecto hay muchas teorías, entre ellas la que se describe en estas imágenes:

 



 Después de analizar, clasificar y catalogar 887 moais, la arqueóloga norteamericana ideó un sistema que permite levantar bloques de 10 toneladas con el sólo uso de troncos, cuerdas y la fuerza humana. El sistema en sí estaba inspirado en las balsas y en las canoas que habría desarrollado el pueblo rapa nui para llegar a la Isla de Pascua desde su lugar de procedencia, la Polinesia. Y de esta forma el equipo de la doctora Van Tilburg logró transportar un moai de cuatro metros de altura utilizando su método, pudiendo demostrar en la práctica la exactitud de sus hipótesis y cálculos. Con la intervención de sofisticados programas informáticos simuló anteriormente todo los pasos a seguir, calculando que necesitaría a unas 40 personas para realizar todo el trabajo. Las estatuas fueron transportadas en una especie de cuna con forma de V, construida de palmeras y troncos, la cual se desplazaba sobre rieles del mismo material. Además todo era empujado con dos grandes cuerdas paralelas, mientras algunos de los participantes se dedicaban a guiar el movimiento del moai mediante grandes timones de madera. "Los marineros polinésicos desarrollaron avanzadas tecnologías de navegación. Construían canoas dobles de 30 metros de largo para explorar las islas. Fue esta tecnología la que permitió a los rapa nui erigir las monumentales esculturas que los han hecho famosos", afirma Van Tilburg. 


El descubrimiento que ahora sale a la luz tuvo sus inicios hace varios años, aunque fue en Abril de 1999 cuando un equipo internacional de expertos (entre ellos el arqueólogo chileno Claudio P. Cristino, profesor de Prehistoria de la Universidad de Chile; el artista pascuense Cristián Arévalos Pakarati; Darus Ane, fundador de la Long Beach's Kahakai Outrigger Canoe CLub; Edmundo Edwards, vicepresidente de la Eastern Pacific Research Foundation; Santi Hito, escultor; el arquitecto, Vicent R. Lee; Ted Ralston, promotor; Zvi Shiller, profesor de la Mechanical and Aerospace Engineering Departament de la UCLA y Johannes Van Tilburg, arquitecto) se trasladó a la isla. Fabricaron la réplica exacta de un moai. El desafío del experimento era transportar la escultura desde su origen a un Ahu o plataforma ceremonial, donde le instalarían el Ton Pukao (especie de sombrero situado en la cabeza del moai que tanto confunden a los investigadores por su presumible simbolismo, tenían una doble función, decorativa pero sobre todo la funcional de servir de contrapeso a la escultura para hacerla eternamente estar erguida, y que ningún contratiempo, o hipotético punto de equilibrio que teóricamente hubiera servido para moverlo se lo volviese a llevar, fuese una de estas respuestas lógicas). "Nuestro experimento demostró que 40 personas eran capaces de empujar una de estas esculturas", explicó Van Tilburg y añadió que "creemos que el trabajo era realizado por hombres, mujeres y niños, ya que este tipo de participación comunitaria era algo muy necesario y valioso en la prehistoria". La última parte era la colocación de los ojos, hechos de coral y obsidiana o escoria roja.

Se piensa que esto activaba de alguna manera el mana, o poder del moai. Finalmente la doctora Jo Anne Van Tilburg señala que "el método que yo sugiero es lógico y probable…

Ahora surgen otras muchas interrogantes y dudas que a veces pueden resultar demasiado racionales para los que quieren encontrar meramente ciencia ficción. Interrogantes sueltas y complejas, quizás, las verdaderamente importantes para comprender
totalmente el misterio que rodea a esta isla volcánica y a sus habitantes de piedra. 
¿Cuál fue su origen?, ¿qué finalidad tenían estas efigies?, ¿quiénes fueron los modelos?..., nuevas preguntas se han abierto y añadido entorno a los Rapa Nui, gigantescas estatuas y su incierto origen.

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